El pensador, de Rodin
Una vez oí en una serie de televisión (House, para más referencias) que las personas no cambian, al menos en las cosas importantes.
También en otra serie (no recuerdo el nombre de esta), decían que las personas sólo cambian en las pequeñas cosas.
Ambas se equivocan. (Siento contradecir a mi alabado House, desde que lo marean con el horario ya no es lo que era)
Las personas cambian, y vaya que cambian. Con la edad, con las compañías… pero sobre todo, ante situaciones extremas que den un giro a su vida. El problema es que a veces se dan cuenta demasiado tarde, cuando ya han cruzado el punto de no retorno.
Mi caso no es haber cruzado ese punto (puesto que una virtud es saber moverlo, cambiarlo de lugar, hacerlo desaparecer… y un defecto, ignorarlo) pero, aunque temporalmente, mi vida sí que ha dado un giro. Y lo mejor es aprovechar para el cambio.
Una de mis cualidades potencialmente peligrosa si no se sabe controlar es mi afición por los hobbies, valga la redundancia. Culo veo culo quiero. Y culos los hay muchos y muy bonitos, pero no baratos 🙂
Llega un momento en que para aumentar la lista de actividades que uno realiza (que suponen casi siempre una cuenta en el debe) tiene que restringir otras. En mi caso: videojuegos y airsoft. (enlace patrocinado :p ).
Restringir no es eliminar, sino cambiar la prioridad.
Y para ocupar ese lugar que dejarán en mi apdo. de correos los paquetes que lleguen a dichos hobbies, introduciré dos nuevos, que me aporten algo diferente que no haya desarrollado hasta ahora: Warhammer (si, habéis leído bien) y literatura.
En el caso de Warhammer: Coleccionismo, pintura (a ver si soy capaz de igualar mi habilidad con Gimp, Photoshop, etc..), creatividad a la hora de customizar mis figuritas, y lo más importante, inculcarme (a la fuerza) paciencia. Y si además se puede aprovechar y jugar largas partidas (aspecto que desconocía de este mundo) con los colegas mejor.
Marines Espaciales será mi ejército. Ahora mismo estarán sobrevolando las playas de Normandía dirección Zaragoza.
En el caso de literatura: No quiero peinar canas (o en su caso Just for Men) y no haber podido disfrutar de las grandes obras universales. No solo por ocio y entretenimiento, sino porque seguro que aprendo con ellas, y me daría rabia descubrir pensamientos nuevos para mí, visiones del mundo, de la vida, de las personas, demasiado tarde. Por eso empezaré desde ya. Y si sirve para darle un impulso y continuar el libro que empecé a escribir en verano, mejor.
La curiosidad es que todo esto ha empezado viendo la película SE7EN, de Brad Pitt y Morgan Freeman, sobre los 7 pecados capitales, me han entrado ganas de leer La divina Comedia, y una cosa lleva a la otra…
Esta es la lista de la cual el año que viene tendré que haber pegado un buen mordisco. Para confeccionarla me he apoyado en diversas fuentes, la biblioteca repartida por toda la casa, y esta lista y (sus comentarios).
(en orden alfabético)
100 años de soledad (Gabriel García Márquez)
1984 (George Orwell)
A sangre fría (Truman Capote)
Crimen y castigo (Fiódor Dostoyevsk)
Crónica de una muerte anunciada (Gabriel García Márquez)
Cuentos de Canterbury (Geoffrey Chaucer)
Cumbres borrascosas (Emily Brontë)
Decamerón (Giovanni Boccaccio)
Fundación (Isaac Asimov)
Guerra y paz (León Tolstoi)
Hamlet (William Shakespeare)
El alquimista (Paulo Coelho)
El capital (Karl Marx)
El Conde de Montecristo (Alejandro Dumas)
El evangelio según Jesucristo (José Saramago)
El extranjero (Albert Camus)
El gato negro y otros relatos (Edgar Allan Poe)
El mercader de Venecia (William Shakespeare)
El nombre de la rosa (Umberto Eco)
El perfume (Patrick Suskind)
El señor de las moscas (William Golding)
En busca del tiempo perdido (Marcel Proust)
En el camino (Jack Kerouac)
Hotel Savoy (Joseph Roth)
La ciudad y los perros (Mario Vargas Llosa)
La colmena (Camilo José Cela)
La conjura de los necios (John Kennedy O’Toole)
La divina comedia (Dante Alighieri)
La gallina degollada (Horacio Quiroga)
La metamorfosis (Franz kafka)
La muerte de Ivan Ilych (León Tolstoi)
La senda del perdedor (Charles Bukowski)
La Segunda Guerra Mundial (Winston Churchill)
Los hermanos Karamazov (Fiódor Dostoievski)
Los propios dioses (Isaac Asimov)
Resurrección (León Tolstoi)
Romeo y Julieta (William Shakespeare)
Sueño de una noche de verano (William Shakespeare)
Trópico de cáncer (Henry Miller)
Por supuesto, se aceptan consejos.
PD: Para guardar la lista e ir añadiendo esté donde esté he aprovechado para probar Ubuntu One.